No sé por qué cuando entré dejé la bicicleta atada a un poste de luz
y cuando salí se lo habían llevado; el poste
y la bici tirada en el piso con el volante descentrado a la izquierda
y tuve que apretar la rueda de adelante con las rodillas y hacer fuerza para la derecha
y me fui a casa con la bici al lomo, centrada
y más a la nochecita pensé que capaz un tipo andaba con su poste de luz encima y lo atornilló al piso para que no se lo roben
y ahí enseguida pensé que quizá había sido obra del escuadrón de asaltos imprevisibles
y después pensé que por ahí había sido alguien que clamaba oscuridad
y como a los tres días compuse una canción
Qué habrá pasado, oh oh
Con ese poste, eh eh
Qué habrá pasado, mi dios
No sé su nombre, eh eh