miércoles, 13 de agosto de 2014

tallar nuestra condición

estoy
abierto
a vivir

porque

estoy
abierto
a morir,

ando
dispuesto
a escuchar

del vinilo
los dos
lados,

y si
un día,
 iluminado,

aprehendo
la claridad,

será
porque 
la oscuridad

me aleccionó
otro tanto:

me tentó,
pluriforme,

me dispersó
en el entramado
de los placeres

y me dejó
tirado

al costado
de una ruta

que no
lleva

a ningún
lado...
 





si el desierto
es el escenario

y el despojo
la condición,

estoy listo
para afrontar

como venga
la travesía,

sin alimento,
sin agua,
sin ropa,
sin compañía...

llevaré
la fantasía,

los recuerdos 
medulares,

 las lágrimas,
la alegría,

el cantar
de los cantares

de un invierno
epifánico...

en el centro
del pecho
un fuego

que no se
apaga 
de un baldazo...

si me
intercepta
un balazo

por esas
cosas
de la muerte,

mientras
el cuerpo
se desplome,

 reirá
mi espíritu
con la suerte...

el paso
será seguro

y a la vez
dubitativo

tendiendo
a sintetizar

lo cierto 
con lo incierto...


la fe 
y la piel

son un mismo
acontecimiento,

el corazón
es un desborde

que me embriaga
 la percepción,

dios
canta
una canción

a la que llamamos
silencio

y en ella
hacemos eco

para tallar
nuestra condición...