Braulio y Estefania se encuentran a las tres en Gascón y Díaz Vélez. Se reconocen por la voz. Caminan hasta el Bar Húngaro pegados a la pared y se besan antes de entrar. Los dos enrojecen pero no se nota. Hablan de un montón de cosas, después de otro montón, y se despiden sin charlar el beso.
Mañana van a tener que empezar de cero, con el sol ya más tímido y los colores en sus posiciones habituales.

3 comentarios:
tendrían que salir una noche de primavera
re. e ir llevando la cuenta de todos los comentarios-hormigón que hacen hasta arrimar de nuevo.
eso puede llevar meses.
te lo digo yo, papi.-
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