miércoles, 21 de agosto de 2013

La Vía de la Poesía

al maestru,
con todo el cariño


no sabía cómo,
cuándo,
ni qué...:

suponía...



no buscaba...:

descubría...



caminaba perplejo
sabiendo que lo regía
la Vía de la Poesía...


pero,

¿de qué
se trataba
esa Vía,

y cómo sabía
que lo regía?




unos años atrás
se había puesto

a mezclar 
pensamientos

y en ese mezclar
encontró sonidos
originales,

formas
no habituales,

reflexiones
encriptadas,

verdades
personales
reveladas...


siguió
y
siguió

mezclando
pensamientos 
en palabras,

en,
como 
se dice:


p
e
n
s
a
m
i
e
n
t
a
l
a
b
r
a
s
.
.
.

en 
la mezcla 
se mezcló 

lo 
personal

con

lo 
universal...


las
verdades
personales reveladas

mutaron

a
verdades
universales reveladas...




cargado
de verdades
entremezcladas

salió al mundo
a contarle

lo que veía

¡con qué ahínco!

lo decía...



"

oídme,

soñadores
sin ánimo,

mis palabras 
podrán sanarlos,

puedo ver 
la mentira
que cargan,

puedo quitarles
el ropaje...
puedo 
cantarles...
 
"

los transeúntes
reaccionaban 

de manera
despareja

frente
a ese
hombre
apasionada
mente
des
carado...

allí 
se dió cuenta:

no siempre
le pararían
la oreja...

se equivocaba...

si tan valiosas eran sus verdades
debería entonces preservarlas...

preservar su forma...


hacerlas
emerger
en el verso
justo...


¿cómo rifar
el testimonio...?




fue así 
que selló

un compromiso
con la verdad...

nunca más
haría la vista
gorda...

haría ahora
la vista
fina...

miraría
miraría

hasta pulir
los momentos...

no más engaños,

no más comodidades...
 

no se lo permitiría

la sensatez

latente

que habita

la poesía...


vió
injusticia

por todos lados

por donde
mirara,

encontró 
tanto

por qué 
gritar... 

neutralizó
lo gritos,

versó...


¿cambio
algo?

no 
lo supo...


tuvo
nomás
la certeza
de haberse
dejado
regir
por
eso
que
lo
realizaría,


una voz
inacallable,
 
un saberse
huella,
un
contentarse...



supuso

que 

Dios

andaba

metido

en 

eso,

elevó

un rezo...


vivió
la muerte,

murió
la vida,

sabiendo
que lo regía

la Vía
de la Poesía...




 

martes, 13 de agosto de 2013

Simón:

mañana fresca y luminosa, el café con leche y un platillo que señala el ritmo de lo que va a venir. Es ésta la mañana en que iban a desbordarme las sensaciones y del desborde emergerían palabras, canciones. Es después de una noche en la que, en la oscuridad, todo se ha alineado, en el silencio, en la respiración. Es hoy, Simón... es que, tan pequeño, te descubrí, te vi nacer, te conocí, andante, siempre andante, vertiginoso, con cierta confianza excesiva en vos mismo, pero debo decirte, de una vez y para siempre, que yo siempre más confié, más confío, y, que la vida, Simoncito, siempre nos dijeron, podía ponerse más difícil de lo que creíamos. Siempre, nuestros hermanos, nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros tíos abuelos, amigos de nuestros hermanos, amigos de nuestros padres, amigos de nuestros abuelos, amigos de nuestros tíos abuelos. (Por cierto, ¡qué álbum de figuritas el de nuestra familia... me basta decir Nora, Albérico, Rosa, para ver los matices y a la vez una esencia común que reside en el apellido Barbosa).

Me imagino una foto de María con Blanca, que no sé si existe, que no sé si está, en algún recuerdo fotográfico familiar. Me imagino esa foto. Veo toda la bondad aurática de nuestras abuelas maternas. (Siempre sentí cierto cariño particular por ellas, modelos eternos de Stella y Marilín).  Para ellas tampoco habrá sido fácil, tampoco habrá sido predecible, tampoco habrá sido calculable. Hechas de experiencia, con el andar calmo, nos han enseñado tanto, Simón.... pero... te decía: siempre confié en vos. En los momentos más difíciles de sortear, confié más y más y más aún en vos... como esos deportistas que frente a los máximos retos hallan una concentración extraordinaria, un equilibrio, una moderación, un latir parejo del corazón. Me acuerdo cuando naciste, me acuerdo esas tardes de fútbol, de pileta, de sol. Me acuerdo esas tardes verdes. El andar de la bicicleta, la manada juvenil... galletitas y yogurt. Me acuerdo que asomaste poniendo la picardía por delante. (¡Vaya si será efectiva esa picardía!¡Vaya si esa risa será persuasiva!). Un día dejaste de ser Simón. Un día ya no te hacías llamar así. Cada tanto algún amigo cargado de nostalgia, o, simplemente pasado de moda, me pregunta: "che, Negro, ¿qué es de la vida de Simón?" Y yo les digo: "Acaba de nacer. El Simón que conocimos fue un adelanto, una pista, una insinuación... Es esa insinuación la que ha vuelto al origen, a la gestación y es de ese acto supremo reapareció Simón..."





hoy
te saludo,

hola Simón,
cómo estás, gordo,
bombón...

hay
un ejército
de ángeles
de la guarda

al que podés acudir
cuando te sientás mal.

femenino,
masculino,

de amplia edad,

para acompañar
tu errancia,

para ayudarte
a descifrar

algunos signos
complejos

a los que
el mundo
te va a enfrentar.

y vos
lleno de la verdad
que implica tu vida, 

bolita de fuego, 
bolita de calor, 

niño encantador, 
como tu padre


¡Simón!,


y vos...

bueno, a vos

te vamos a entrenar
te vamos a sacar bueno

vas a reconocer lo que vale la pena
y vas a estar siempre envuelto

por el Corazón 
de una Mujer,

Santa 
Protección

Secreto Mayor
el del Amor Incondicional
de la Madre...

de tu Madre,
Simón.








Nos avisaron que crecer era un desafío, que había gente pateando de puntín, pero entrenamos la cara interna, el impacto con rosca, para ponerla arriba, al segundo o al primer palo, según sea la situación y la posición del arquero. 

Nos avisaron que algunos jugaban tirando patadas pero insistimos en aprender a gambetear, con estructuras físicas que tienden a la tosquedad apostamos a la danza y al fortalecimiento de los huesos.

Nos avisaron que había formas de ganar en comodidad y elegimos estar incómodos sabiendo que a través del sacrificio se camina a la verdad.

Nos avisaron y elegimos siempre un comportamiento vital...





ahí estamos,

hermano,

ahí vamos,

mano a mano

hasta el final,

codo a codo

hasta el final,

cabeza a cabeza,

hasta el final...




cuando lleguemos 
a esa gran celebración
que es el cielo,

vamos a moldear
con las nubes
nuestro
árbol
familiar...




y

vamos a cantar,

hermano,


vamos a cantar...


lunes, 12 de agosto de 2013

en busca del Verso Mágico

"nuestra causa
es irrenunciable",


dije...


"enciende
desde adentro",

"es amiga
del tiempo"...





"tengan fe,


en el momento difícil,
en el trayecto hostil,


soporten el impacto,


trabajen
la misericordia,


asuman 
el comportamiento
violento


como
prueba...


neutralicen

el impacto,

no se alejen

de la paz...

aunque 
 transiten 
el peor
de los
desastres

aunque
el caos
reine,

aunque 
el desequilibrio
pretenda ser norma,

aunque
la confusión
atenta confunda,

que no
pierda 
de vista
el corazón

su más
íntima 
misión...

su
proposición 
armónica,

su
exploración
rítmica...

que no
pierda 
de vista
el corazón

la insistencia
de la vibración
peregrinando
el tiempo..."





les pedí que tuvieran fe..



pero la fe no es algo que se pide...



es algo que se otorga...


otorgué mi fe...


canté...


los pies bailaron...


me otorgué...


 di el tiempo...


convoqué...






la fe
se aprehende,
por contagio...

la alegría,
la tranquilidad
que de ella
emergen

se
impregnan


en la retina
en la mente,
en la piel,

adentro
del pecho...


 ella

persuade 

con el tiempo

 a su favor...


al
tiempo 

le pone
un ritmo 

que ya está
en el tiempo
mismo,


es decir,
pule,

es decir,
hace ver,

es decir,
puede reconocer

de cada cosa 
la mayor potencia...

es la
ciencia
intuitiva

de la 
virtud
activa,

es alimento
de la
más sintética
expectativa...


tiñe 
el aire,

purifica,
equilibra,

ilumina,
señala...



mora 
en todo,

es verdad manifiesta
 de lo inmanifestado...

no muere
en nada...


hasta
los demonios

se desviven 
por encontrarla,

pero no la pueden

percibir

y descreen....

cuán hondo

descreen...


otorgué

la
intuición
 
de
contagio

de una
intención...



pedí
perdón

por el desapego

que me conduce la razón...



"estoy buscando el Verso Mágico",

susurré...



 "voy en busca del Verso Mágico"...


"perdón"...



domingo, 4 de agosto de 2013

La balanza de Xangó

pesarme todos los días
en la balanza de Xangó

añoro,

imploro...

equilibrar 
el peso,

afinar el suceso
interno...

con él
el externo...

el por mí influenciable,
el por él influenciado,

mi parcialidad, 

que pretende

teñir la totalidad,

nutrirse de ella...







pesarme todos los días
en la balanza de Xangó,

controlar
el aliento,

dar
al cuerpo
el alimento
que necesite...












pesarme todos los días
en la balanza de Xangó,

alcanzar
el peso

de una ética
dinámica,

someter
mi voluntad
a la voluntad
común...

orientarla
al encuentro...


levantar la vista,
jugar

como
gran equipo
a este drama
existencial...:



que cómo superar la muerte,
que cómo reinterpretar la muerte,
que dándole un relato,
que creyendo un poco más,

que los muertos,
que adónde van los muertos,
que yo sé que están..

que en un lado están...

que no puede haber sido el fin de ese espíritu,

que se habrá transformado y experimentará la continuidad,

que a veces siento que mis palabras son palabras de muertos
que buscan bocas por las que cantar...



juguemos en equipo,
juguemos en equipo,


nos interpelan los mismos dramas...


el mismo Señor Imperecedero


nos reclama

comprensión...

nos reclama

conversación...

el Señor misericordioso,
de tan misericordioso,

silencioso,

de tan silencioso,

callado...

el que calla otorga...

dios 
nos otorgó
voz...

vos 
me otorgaste 
a dios...
vos 
me otorgaste 
voz...

en mis acciones 
en mi pecho,
en mi mente,
en mi piel,

voz...






pesarme todos los días
en la balanza de Xangó...

ser

justo,

y,

por justo,

libre,

y,

por libre,

cantor...


contar con la serenidad
que ofrece el claro obrar...
verás
lo
veraz
.
.
.

que Xangó
danze

adentro
mío

que 
le ponga ritmo
a mi conciencia,

que me aborde
el cuerpo entero:

un rayo,


que brinde 

claridad
para
observar,

amor
para
obrar,

calma
para
pensar,

paz
para
descansar...
.......
....
..
.