sábado, 19 de mayo de 2012

tía rosa, flor hermosa

abrazado por una locura intensa, arrima una sensación de claridad, pero el momento es el mismo, y se hincha el pecho. y se llena el cuerpo en la sensación, y los sentidos se comprometen por demás,...

y mi vieja se emociona y ríe, y pícara se comenta, cuando le cuento el cuento del pato en la vereda. y aparece en su cabeza y aparece en mi cabeza, la imagen de rosa degollando una gallina con la que hacer pollo a la cacerola. y mi vieja ve su infancia, y, en su infancia, la certeza de una alegría,. y, callada, sabe que sabe que lo que la imagen de aquel patio, el carácter de aquella tía, el sabor de aquella comida, significan, no es, ni más ni menos, que tan fuertes golpes de realidad, ¡vivencias de felicidad!, cuya naturaleza es la de la inmortalidad mutante...

y rosa aquí vista por el saber del pecho hinchado es otra rosa, otra tía fabulosa, otra degolladora furiosa, otra cocinera generosa...

la maravillosa rosa, la vista por el pecho hinchado, es una rosa más mimosa, más amena, más graciosa y espinoza.

he aquí este homenaje, al pelo revuelto, los anteojos cuadrados, la risa contagiosa, de la tía rosa, de la tía rosa...

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