lo que el cliente había pedido,
la comanda dijo lo que dijo
y nos dejó silenciosos.
"¡sigamos,
sigamos
a la comanda,
que entre signos
de pregunta
tajearemos
nuestra pereza
afectiva!",
pronunció
uno y todos
aplaudimos.
contigo,
comandanta,
hasta la
incerteza,
siempre.

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