queridos
amigos,
os
voy a hablar
por
necesidad
personal
personal
y
por
anhelo
colectivo...
colectivo...
se trata
de reflexionar
de reflexionar
flexionando
el pensamiento,
liberando
el sentimiento,
se trata
de andar...
en la génesis
de este encuentro,
de este movimiento,
de esta mezcolanza,
se ha comprendido
que la buena predisposición
se evidencia la mejor opción,
que la virtud llama a la virtud,
que el amor llama al amor...
que debe uno luchar
permanentemente
para neutralizar
su yo mezquino
su pequeña miseria
su debilidad...
que si uno
se hace fuerte
en la bondad
anda
como rodeado
por un aura,
bendecido,
radiante,
con un sol
palpitante
a la altura
del corazón...
se ha comprendido
en el orden de la intuición...
ya no hay nada que confunda
la voluntad colectiva...
así como
no hay frasco de tinta
no hay frasco de tinta
que pueda teñir un océano,
no hay balbuceo
que pueda opacar nuestro canto...
hay una necesidad de mirar
con un encanto inocente,
una risa durmiente
una risa durmiente
que quiere
estallar
que detona
con cualquier gesto,
con cualquier gesto,
extraordinario
o regular,
o regular,
que los brazos están activos
porque quieren abrazar
al hermano,
al primo,
al amigo,
al de toda la vida,
al que es novedad,
no hay diferencia
a la hora de vibrar,
no hay interferencia
a la hora de pulsar,
asoma
cada vez
más evidente
más evidente
una esencia,
se practica
una ciencia:
la de dar
sin esperar...
¿sienten,
amigos,
ese despertar?
esa ficha que ha caído,
¿se siente,
verdad?
se nota,
se hace acciones,
se expresa en canciones,
en bailes,
en brindis...
los prejuicios
se rompen
uno a uno,
se rompen
uno a uno,
el corazón no quiere hablar otra lengua,
quiere profundizar,
la mente
clama por dejar
el vuelo gallinaceo,
clama por dejar
el vuelo gallinaceo,
quiere ser un condor,
planear...
después
de tanta develación
queda
la reproducción
incesante
de esta realidad
vivencial,
queda
predisponerse
al mundo todo
con la misma
hermandad
con la que
se han predispuesto
los unos a los otros,
los pibes de lezama,
los pibes de tandil...
¿quién les quita
lo sentido?
¿quién les enseña
a vivir?
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