el
imaginación
rebalsa,
g
o
t
a
a
g
o
t
a
alucina
que agota
la nota,
¡ojota!
el pensamiento,
no se agota...
ni el silencio,
ni la oscuridad
ni la voluntad
de bucear
el dinamismo
de los acontecimientos....
allí mismo,
en el abismo
de su dinamismo,
la imaginación
despliega
una escena
que nace
de su propio
miedo
a extinguirse,
entonces
se manifiesta
esencialmente
memoriosa...:
sueña
con su
familia
caminando
en un bosque
(es de
infancia)
porta
la cantimplora..
su tía
le pide
un poquito
de agua
y ella
le da...
son sonidos
de grillos
enlazados
con hojas
al viento,
matices
de verdes
en luz
y sombra,
son juegos
tallados
en el alma
familiar,
en las
discretas
fantasías
del bosque
y sus adentros..
el fluído
de la experiencia
abre un cauce
en el
que cohabitan
el caos,
la armonía,
y,
ahí,
como
queriendo
restaurar
el equilibrio
polar,
la poesía..
en esta
proyección,
que compone
la realidad
parecida
a un licuado,
disgregar,
romper,
separar
es principio
inferior,
pifiada
anunciada,
tarea
imposible,
indigna,
inadmisible
para con
uno mismo...
más bien
si uno beneficia
el dinamismo
atiende
al sentido
recíproco,
lúdico,
complementario,
el mundo
mismo
le va otorgando
los tesoros
del cauce
primordial,
que
se expresa
como una ola
afectiva
de arriba
para abajo,
de abajo
para arriba...
si no
estuvieran
integrados
los átomos,
no podrían
estar integrados
los planetas...
de lo ínfimo
a lo infinito
todo
está escrito
como una conjunción
inescindible...
cada mirada
de reojo,
cada cerrojo
al corazón,
resulta
ser incomprensión
de una ley
fundamental...
el amor
todopoderoso
tiene la gracia
de cohesionar
la pluriforme
realidad
y hacer
de ella
una marea
que muta su
estado de ánimo
espejándose
en el cielo...
el amor
tajea el velo,
se
expande,
hasta
regarlo
todo
de una íntima
verdad...
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