miércoles, 23 de junio de 2010

lunes, 7 de junio de 2010

Domingo en el parque

Parece que llovió, sabemos no, pasamos la tarde en el balcón charlando. Los regadores arrancaron solos nos cuenta una señora, al fondo todavía quedan algunos por domar. Los charcos generan espejos de un espacio brilloso, lo extienden para abajo. En el camino de ladrillos dibujado, hay unas cuantas personas, decenas, que obligan a desbordarlo para continuar. Mitad niños mitad adultos cambiando figuritas del mundial. Completan los planteles, escuditos holograma, estadios, mascota, copa, no sé qué otra cosa pero seguro hay más, siempre hay más detalles adhesivos. Quizá en diez mundiales estén desparramadas en los sobrecitos las casas en las que los jugadores pasaron la infancia, los primeros amores, las posibilidades del futuro inmediato, algunas de sus preocupaciones más salientes. Hay un grandote de tapado que negocia con los nenes como si estuviese definiendo el mercado, los padres desconfían y está bien. Tiene dos pilones y pasa las figuritas usando los dedos gordos nomás. Dice late late late, nunca nola. Seguimos hasta encontrarnos con los regadores difíciles. Dan vueltas, cambian la velocidad y el rumbo aleatoriamente. Esperamos el momento y trotamos, a mí me moja la espalda el último, lo subestimé. Unos metros antes de la reja nos damos vuelta. La situación se desvanece plena. Saludamos cerrando los ojos.

sábado, 29 de mayo de 2010

Yayo y Shakespeare

Yayo y Shakespeare se cruzan en un bar de por acá. Se sientan a tomar un café, afuera hace frío. Yayo se pone a jugar con una servilleta, se le rompe y agarra otra, vuela por el origami. Los dos se mantienen callados, hay silencio digamos, aunque el espacio está colmado de ruiditos que mechados cocinan la cabeza. El mozo sirve los cafés. La taza de Shakespeare aterriza difícil y pega un saltito, se derrama un poco. Yayo sopla el café que larga un humo exagerado. Shakespeare toma el suyo como si fuese tequila. Se miran de lleno y estudian un poco. Después se dejan a algo más ingenuo.

- The course of true love never did run smooth- dice William, sosteniendo los ojos incandescentes.

- Esta es para vos- replica Yayo.

sábado, 17 de abril de 2010

Diario

Subí al bondi y marqué de espalda a una chica con el pelo casi rubio. Busqué la forma de ponerme a su lado. Por suerte no vio las cabriolas que tuve que hacer por culpa de un señor mayor que se obstinó en bloquear mi jugada. Fingía estar moviéndose natural, y admito, lo hacía con gracia. Salto adelante, salto atrás, media vuelta, caminata leve. Lo atravesé con un empujón y puse los ojos encima por si se venía el contraataque, pero enseguida se me fueron hacia ella. Primero uno, después el otro.

Laura le puse de nombre, porque no es que me guste mucho ni poco. Tenía pelo en los hombros, la cara tapada un poco, los ojos en la calle. Hacía muecas concentrada en los auriculares, agarrada del caño de arriba con las dos manos, tirando el peso para adelante.

Saqué un libro y me puse a mirar las hojas. Parado, con mucho sueño, el colectivo casi lleno, la cabeza y los ojos puestos en Lau. Me sentí un poco mal con el autor, pero enseguida le guiñé un ojo por dentro diciendo seguro la hiciste también alguna vez. Fruncí la cara y volví a acostar el libro en el compartimento grande de la mochila.

Ella se veía poco afectada por la situación, como si se hubiese construído una por dentro. Entonces me pregunté qué estaría escuchando. Si era Caetano me moría. Será Caetano, será Caetano, hacía eco el craneo.

El saquito a rayas, las zapatillas de marca copada pero medio alternativa, los posibles gustos estéticos, la zona por la que se había subido al bondi, la zona por la que se bajaría, el motivo por el que viajaba, la familia que le había lacrado la vida hasta los dieciocho años. Se puso tan difícil de leer. Me hizo temblar, y conmigo el 103.

Quedé suspendido, y entre los colores de la mañana, terminé en la clase de animación, sentado en la línea que separa el amor que sale de abajo de los asientos y la neurosis que te hace parte del enredo de la cabeza.

viernes, 16 de abril de 2010

De frente Bogart

Escarabus was a horse.

martes, 13 de abril de 2010

El poder de la imagen

Mi primo me dijo una vez,
en una tarde de esas raras,
qué increíble el poder de la imagen,
veo una teta y se me para.

martes, 6 de abril de 2010

A Néstor en este lugar (Los Peroneatles)

Si lo que quieres es vivir cien años
no pruebes los licores del placer
si eres alérgico a los desengaños
olvidate de esa mujer

compra una máscara antigas,
mantente dentro de la ley
si lo que quieres es vivir cien años
haz musculos de 5 a 6

y ponte gomina que no te despeine
el vientecillo de la libertad.
funda un hogar en el que nunca reine
más rey que la seguridad

evita el humo de los clubs,
reduce la velocidad,
si lo que quieres es vivir cien años
vacunate contra el azar.

deja pasar la tentación
dile a esa chica que no llame más
y si protesta el corazón
en la farmacia puedes preguntar:
¿votan a Néstor en este lugar?

si quieres ser matusalén
vigila tu colesterol,
si tu pelicula es vivir cien años
no lo hagas nunca sin condón

es peligroso que tu piel desnuda
roce otra piel sin esterilizar,
que no se infiltre el virus de la duda
en tu cama matrimonial.

y si en tus noches falta sal
para eso esta el televisor.
si lo que quieres es cumplir cien años
no vivas como vivo yo.

deja pasar la tentación
dile a esa chica que no llame más
y si protesta el corazón
en la farmacia puedes preguntar:
¿votan a Néstor en este lugar?