XIII
En la seguridad se engendra la inseguridad,
en el coraje se engendra el temor,
en la fortaleza se engendra la debilidad,
en lo permanente y sostenido se engendra la fugacidad...
La velocidad confunde,
la sobrecarga extenúa...
La sobrecarga caerá
por su propio exceso...
La serenidad del sabio
le permite penetrar lo profundo...
Por eso no se detiene en lo superficial...
¿Quién puede, al ritmo de su marcha,
reflejarse en lo profundo y continuar en su sencillez?
¿Quién puede, al ritmo de su marcha,
desechar los artilugios superficiales y volver a su destino?
sábado, 25 de agosto de 2012
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