cuando me someta
al Juicio Celeste,
bromearé
con la Divinidad:
"Juzgadme por los bailes que bailo"
y
ella
pícara
me mirará,
hara una mueca
agridulce,
empezará
a marcar palmas:
claves
mestizas
con sutiles
variaciones...
prometo
mover
pies,
rodillas,
cadera,
cintura,
columna
v
e
r
t
e
b
r
a
l
cuello,
hombros,
lengua,
orejas...
lengua,
orejas...
los
pensamientos
ejecutarán
la danza
universal
que consta
en dejarse
llevar...
el afecto
nadará
el oleaje
de tambores
sugeridos
en los relieves
de las palmas
del Señor...
ahí mismo
se aquieta
la respiración,
descansan
los sentidos,
todo
es ensoñación,
disminuye
el volúmen
de las palmas,
se aleja
el oleaje
de tambores
sugeridos,
sugeridos,
(cientos
de miles
de peregrinos
cuya piel
se ha transformado
en cuero
por mímesis
con el parche),
la despedida
sincopada
propone
movimientos
osados,
hombrazos
yendo al cielo,
rotaciones
de rodillas...
los tambores
cada vez
más lejos,
el Señor
jugando
un silencio
cadencioso...
......
...
...
..
.
después
de todo
se escucha
el mar...
y todo
se impregna
de su templanza...
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